viernes, 22 de agosto de 2008

Soledad

En el espejo infinito de lo impenetrable. En el fondo de la nada, se encuentra el misterio recóndito de lo inexpugnable. Allá adentro, nada se sabe pero de todo se siente. Hoy miles de cosas, de situaciones y millones de partículas de polvo, pero solo se puede palpar y percibir un rotundo, misterioso pero doloroso vacío. Lo piensan mucho quizás, mejor sería... quizás, no pensarlo. Una mirada que parece perdida, no es más que la secuela de un llanto pasado, pasajero pero incrustado con fuego en el alma. No importa el pensamiento, la razón no es bien recibida. Construí con mis propias manos un trayecto tortuoso, y ahora no estoy seguro si quiero transitarlo... o mejor dicho, si lo vivo ahora y sin darme cuenta, lo aprieto con pasión, mientras me hieren sus espinas.