sábado, 2 de agosto de 2008

COSAS QUE ARRRRRRANCAN SONRISAS


Pues a veces uno se halla caminando por áy, ocupado en sus propios asuntos, pues ni modo que estuviera desocupado en sus ajenos asuntos. Y así, caminando por donsea, tocaf a vecesf preguntarf donde queda algún lugar o dónde se pude localizar a alguien. Ya se sabe que los guardias nunca saben nada de nada, pero igual... uno se detiene en algún lugar y pregunta: P: buenas, donde queda el Edificio Garaicoa 678; R: desconozco. P: buenos días, on queda la calle Tucuman y de Los Cruzados; R: .... ehhh...... mm..... P: muy buenas tardes, ¿dónde queda su caseta señor guardia? R: pues eso pregúntele al administrador, yo no estoy autorizado a dar esa información. En fin.


Luego de discernir por un rato, uno se imagina que puede ser en el edificio Nosekomitos No. GG (de seguro en nuestro país hay algún lugar de número a, b, c, d, e...). En fin, la pregunta al guardia y obviamente... pues, no, en esta ocasión si tenía razón para no saber pues no era ese el lugar a llegar.


Entonces, pues, sucede lo que a uno le deja pensando un poco acerca de las probabilidades ciertas de que de repente por el aire cruce volando un cerdo de color verde, o que a un expresidente le boten (no le voten, ojo) por insano mental, en base a un CD en el que se autodenominó "el loco que ama". Repito, en fin.


Entonces, entré a la tienda de comestibles o víveres del lugar. Cuando uno entra a estos sitios, la mente fabrica la típica imagen de la (y recalco, LA, porque el prejuicio es de LA vendedorA, y no de EL [se que debería ser del, pero es para que se cache la idea] vendedoR... corrijo, vendedOr), vendedora, un poco pasada de peso y su saco de lana. Y bueno, así es que uno puede entrar por un yogur, un pan o por último, un chicle para mascar al estilo llama (no conozco otro estilo).


Raro fue que en la tienda dije buenas tardes y en la silla, para recoger mi pedido y cobrar lo comprado, se encontraba un pequeño y peludo sabueso que me miro con cortesía. Me respondió con un "buenas tardes caballero, desea algún producto en especial" (producto=vívere o snack... no lo que se imaginan que producen los perros).


Nada que ver, creo que cuando me iba a ladrar preguntándome algo, decidí salir con una sonrisa en la boca. Curioso suceso, quizá sea mejor ser recibido por un lindo perrito, antes que por una usurera vendedora... o mejor dicho, usurero vendedor (conozco muchas tiendas con tenderOs... y ahora, una con un perro tendero).


Chau.

Imagen tomada de: http://www.lacoctelera.com/myfiles/badmusic/perros3.jpg. Acceso: 2 de agosto de 2008.

2 comentarios:

Maite dijo...

Perdón por la demora...
Si entré antes pero no comente, ahora hago acto de prescencia, disculpará.
De donde puedes conseguir direcciones es de un amable señor taxista, claro que debes buscar uno que esté arrimado a su taxi hablando con otros señores taxistas, porque poooobre de ti que pares uno nomás para preguntarle dónde queda algo o simplemente que piense que le estés llamando y no te subas, ahi si te levas una buena puteada.
Que gracioso el perro de la foto.
Un perro tendero... ¡esconda eso antes de que Disney lo vea y lo use en una nueva película!
Saludos!

Ursus Andinus - IronGandho dijo...

Es creo que la tercera vez que comento en este post,... pero parece q no me sube bien blogger (xq en otros blogs tampoco puedo comentar)... pero en todo caso es algo que me arrancó más q una sonrisa tu post, y lo vuelvo a leer y me hace reir más...

Tienes ese ají quiteño pa contar ciertas cosas,... q bien
Por cierto, nos vemos en los 10K