domingo, 14 de marzo de 2010

IMPLÍCITO


Conversemos:

- A lo que vinimos, no perdamos más el tiempo en banalidades y pregúntame, por fin, lo que tengas que preguntarme, aquel asunto por el que esperamos tanto tiempo para vernos; aquel tema de conversación que jamás quisimos plantearnos, que quizás nunca nos atrevimos a sugerir, ni siquiera a ponerlo entre líneas o en metáforas de pétalos caídos; por fin, te lo exijo, pregúntame lo que debas inquirirme, lo que sea necesario desentrañarme, auscultarme, encontrarme; si prefieres, bajaré la mirada, esconderé mis ojos entre las sombras del candelabro, a media luz bajo la luna oscura y tardía. Anda, de una vez, dime lo que quieras decirme, lo que a ti te corresponda manifestarme, lo que ansíes señalarme; o es que prefieres el silencio inexpresivo de tus ojos secos y distantes, de la sutileza del vestido negro que no quisiste ponerte la vez que abrí tus pensamientos al hablarte a tus oídos y tocar con mis dedos tus cabellos insolentes, tus callares interminables, tus sonrisas ambiguas; aunque acompañe tu acostumbrada tozudez, tu actitud taciturna, avinagrada y lastimera. Silencio ahora será lo que tengas de mí, con mis manos vacías y mis ojos abiertos, mis ideas escondidas, mis prejuicios abandonados como yo mismo en las noches de recuerdos que te pertenecen. Así que te miro, te escucho y te siento, dime lo que debas decirme, sin callar lo que has callado, pues aquí estoy.


Imagen tomada de:
http://ulysshes.files.wordpress.com/2009/11/noche-oscura.jpg. Acceso: hoy.

No hay comentarios: