viernes, 21 de noviembre de 2008

Preguntas Impreguntables

Está escrito… de Francis Cabrel, es la canción de fondo que me acompaña mientras escribo este post.



El martes me juego mucho en unos exámenes, pero me doy una horita de descanso para que mi mente no explote (aunque como se verá, por lo escrito, esto es absolutamente contradictorio); y lo mejor que puedo hacer para ello, luego de haberme leído unos 5 blogs, es escribir.



Iniciaré con una pregunta que, por evidentes razones que únicamente quedarán develadas a la terminación del texto, resultará decididamente impertinente con el tema de fondo; sin embargo, y he ahí la gran contradicción -que precisamente constituye esta vida que toca vivir a diario- si comienzo así es porque alguna relación tiene… o, al menos, yo le quiero dar esa relación. Es como una vez que conversaba con mi hermana acerca de si los colores existen de por sí, o solo cobran vida si es que hay una luz que los haga existentes frente a nuestros ojos. El asunto tiene particular relevancia, especialmente si consideramos que una persona ni siquiera invade la esfera cósmica de nuestro metro cuadrado imaginario, sino cuando con una mirada profunda, incluso vacilante pero insistente, sublime pero lastimera, pasa a ocupar la primera plana del matutino de nuestros pensamientos. Pues si, desde ese momento existe, pero, ¿y antes? Pueden haber casos curiosos, de personas que existían “de cierta manera” y que ahora existen “de otra manera”, o de una “manera muy especial”. Se explica el asunto de como “una” existía como “amiga”, pero ahora existe ya no como “amiga”, sino como “diferente”. Claro, son situaciones que muy difícilmente tendrán explicación racional; de hecho, muy poco tiene explicación racional, porque sería suicida ponerse a determinar todas y cada una de las casualidades, coincidencias o avatares de la vida que nos condujeron a determinada situación -la que a la larga no será más que otro de esos eslabones que nos conducirá a otra situación, infinitamente-. El esposo quizá nunca hubiera conocido a su esposa, si es que de chiquito la rectora de la escuela no le hubiera dicho que pisar el césped de un jardín es de pésima educación, lo que influyó de tal modo en su mente que en aquel martes de julio decidió arriesgar su vida cruzando la calle por la mitad, ante decenas de carros pasando junto a él, que pisar el parterre central adornado con dientes de león y un ya desmejorado arreglo en césped, ahora transformado en hierbas malas, y así y todo cruzarse por ese lado ante la arremetida de un ciclista, circunstancia que provocó que la joven que venía trotando inopinadamente por el parque lo mirará, pues llamó su atención tan “florido” espectáculo, haciendo que sus miradas se cruzaran. O en todo caso, como en una muy recordada película de los 80’s, el joven que veía sus extremidades superiores desaparecer porque se hallaba impedido de tocar la canción que provocaría que sus padres se dieran el beso que impediría que se pudieran separar para siempre.





La pregunta a la que se hizo referencia hace ya un largo párrafo, insultante de toda regla metodológica, (ahora escucho Memory of Trees de Enya), es la siguiente: ¿existe vida después de la muerte? El profesor o profesora de física siempre repetía: la energía no muere, se transforma. Pues entonces, si partimos de que nuestros cuerpos inertes, cual desagradable víscera comible, son la cárcel, la jaula o la habitación de una energía más poderosa, un alma, un espíritu, un aura o como quiera llamársela, concluiremos que puede ser que haya vida después de la muerte; pero la gran duda que surge es, ¿y por qué diablos se tienen que aplicar reglas tan racionales como las de la física, a situaciones o sucesos tan metafísicos, por decir lo menos, como la transmutación de nuestro espíritu en algo más? El gran peligro que se corre al hacer estas divagaciones, es el de llegar a concluir con una interrogante demasiado profunda para seres tan sencillos como los humanos: ¿y qué sentido tiene vivir una vida tan material, si hay algo trascendente? Pues ahí surgirán muchas justificaciones acerca del valor de la vida, de lo que debemos o no debemos hacer, a la larga, de lo que está bien y de lo que está mal, que es lo que finalmente guía toda nuestra vida, incluso inconscientemente.



Pero bueno, la idea sería que puede que no tengamos vida después de la vida, o que si la tengamos, pero la gran duda que siempre se mantendrá es si somos algo más que simple carne y hueso; es decir, si hay algo más, si hay algo profundo, que transcienda el pensamiento, las sensaciones corporales. Y en el arduo transitar de la vida, muchas veces nos encontramos con momentos que, si somos escépticos, nos hacen dudar; y, si somos convencidos o, como diría alguien prejuiciosamente, “esotéricos”, nos hará temblar. Si una mirada nos cautiva, y sentimos algo dentro estremecerse, pues ahí nos preguntaremos algo, algo nos preguntaremos sin duda. ¿Será cierto eso que dicen que hay encuentros cercanos con la muerte? Una vez mi madre me contó que tuvo un accidente de automóvil con volcada incluida; vio una luz al fondo, un túnel para transitar diríamos; para la época de tal evento automovilístico estrepitoso, habré estado en el promedio de mi segundo lustro de vida, lo que seguramente influyó para que una vos dijera a mi madre, quizá una vos de ella misma, quien sabe de qué o de quién, no es tu hora, tienes a tus hijos que cuidar. Quizá este hecho no suene tan increíble, como aquella ves que previo a un paseo de mi hermana soñó que una chica moría en un accidente al caer por un rió contra unas piedras, hecho que efectivamente ocurrió días después.



Con cierta frecuencia, siento que ya he vivido determinadas experiencias, que las vi, las sentí antes, y las vuelvo a ver. Y son sueños, situaciones sin explicación. (ahora escucho “Jours tristes” de Yann Tiersen).



Entonces, cabe preguntarse, ¿puede esa energía, ese espíritu, ese algo trascendente e inexplicable, encontrar un energía, un espíritu o un algo trascendente que lo complemente, que lo trastorne, lo desubiqué pero le de sentido a su existencia? La pregunta no es inoficiosa, es vital; y, quizá, sea algo complicado entender estas situaciones, o simplemente asuntos bizantinos que sirven de escudos justificantes a ciertos cobardes románticos.



Si hay algo contradictorio en el mundo, paradójico, insoportablemente indescifrable, es el ser humano. Puedo ser muy crecido para muchas cosas en mi vida, pero un niño para muchas otras. Un niño al que le llegan muy fuerte las energías de las personas, un hombre al que le pesan sus prejuicios, sus dudas que no quiere contestar y que solo el niño que tiene dentro le hacen buscar constantes respuestas, quizá con un dosis muy fuerte y absurda de ilusión. El niño que quiere vivir, el hombre que quiere morir. El niño que quiere levantarse y reír, el hombre que cae a llorar. El niño que llora con sencillez e inocencia, y el hombre que llora por cobardía e impotencia. Y en fin, el niño enamoradizo, y el hombre decepcionado y decepcionante. El equilibrio, creo que quizá sin darse cuenta Tomás Moro ya la representó en su Utopía; es una utopía, que siguiendo a Galeano solo sirve para caminar, y caminar; pero en la caminata, todos necesitamos una cantimplora con agua, porque sin agua, no hay vida; sin amor…






(P.D.1: bueno, aquí estuve viajando en un barco que se dejó llevar por la marea, de allí la mezcla y cambios repentinos de estilos en el relato, de intensidad y de dinámica; últimamente, no estoy para historias completas, ni aquí ni en la vida real… ¡¡¡pero que digo!!!, esto también es real, pero puedo intentar hacer que no parezca real).






(P.D.2: Recomiendo, con altas dosis de adicción, “Algún día”, de Soda; canción que servía de telón a este grandioso ex grupo para su último concierto, y que supongo no se escuchó en Guayaquil por los “siempre infalibles” problemas pendejos que colman a nuestro país. Es una canción en homenaje a Queen, una reversión de una canción de ese grupo, lo que ya va adelantando la calidad y exclusividad de esta canción).http://video.google.com/videosearch?q=algun+dia+soda&emb=0&aq=o#

2 comentarios:

Ursus Andinus - IronGandho dijo...

Que genial este post estimado, un vaiven de estilos, pensamientos y visiones acorde a la música puesta, acorde a una tormenta de ideas.
Me pareció genial, y todos los éxitos merecidos para el martes,... espero que salga maravilloso.

Un gran gran abrazo y simepre habrán esas preguntas que tienen tantas verdades y respuestas como personas el planeta.

Tuchis dijo...

Muy buen post....
Si pues es que también con esa banda sonora la tuya
Saludos